miércoles, 23 de enero de 2008

Sobre la avaricia: Japón y Occidente, dos realidades muy distintas.


Nos ponemos en situación rápidamente. Estamos caminando por la calle y nos encontramos en la acera un billete de 500 euros (para quienes vivan en Europa). ¿Qué hacemos? Lo recogemos y lo metemos directamente en nuestro bolsillo. Ya somos un poco más ricos. Ahora hacemos el mismo experimento en Japón. El resultado es el mismo hasta la acción verbal, lo recogemos, pero no lo metemos en la cartera, lo llevamos a la comisaría más cercana. Como podéis ver, el segundo verbo cambia de "meter" a "llevar" de un país a otro.

Ahora nos imaginamos la misma situación de antes, pero en vez de estar el billete en la calle tirado, vemos claramente cómo se le cae a una señora del bolso. En Occidente, seguramente, ocurrirían dos cosas: si eres un hombre y se le cae a una chica atractiva se lo devuelves. Si es una anciana te lo piensas. Y si es otro hombre te lo quedas. Por el contrario, si eres una mujer, lo más seguro es que lo devuelvas (Mujeres 1 - Hombres 0). En Japón ocurriría exactamente lo que podéis estar pensando: se devuelve.

¿Tanta diferencia hay? Puede sonar algo exagerado, pero las cosas son así. Doy fe de ello. Ahora, ¡ojo!, tampoco es cuestión de generalizar a toda la población de ambos sitios. En Occidente habrá gente buena, y en Japón habrá mala, eso es normal, y si no fuera así sería motivo de preocupación, pero en líneas generales es lo que nuestro sentido común nos dicta. ¿O no?

Hay un famoso caso, que se suele contar en España (a saber si también en el resto del mundo), sobre un policía en Japón. Resulta, que en una zona empresarial, donde a las 10 de la noche salen todos los oficinistas para sus casas, un policía prestó dinero a un trabajador de dichas oficinas para pagar el taxi. Con toda la tranquilidad del mundo, sabiendo que al día siguiente el oficinista iría religiosamente a la comisaría a devolver la deuda (¡Ojo de nuevo! No hablamos de comisarías en el sentido de un gran edificio, más bien sería un puesto de policía, es decir, una casetilla para 4 o 6 policías).

Sea como sea, en Japón si pierdes algo, puedes estar casi casi casi seguro (el 100% nunca existe) de que no te lo habrán quitado. Así que puedes ir a la policía, a la cafetería o al lugar en donde lo dejaste caer al suelo, y preguntar por ello.

Una más de esas cosas pequeñas que hacen a Japón un gran país.
Fotografía sacada de la BBC inglesa.


1 comentario:

Pandora & Zeuz dijo...

muy bueno el articulo....seguiremos contactandonos....bueno seria se se pasa por nuestro blog y comenta aglo asi nos queda la dire de este blg y podemos acceder directamente..tememos no volver a encontrarlo...

 
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