lunes, 14 de abril de 2008

Delirium

Ahogado en media copa de vino barato sonrío y meso mi pelo mientras miro al infinito de la blanca pared. He descubierto que en lo más profundo de mi ser dormía un ente misterioso y desconocido. Dormía, porque uso la suposición como autoprotección vana, con la que arroparme ante la posible cruda realidad.

En lo más profundo de mi mente existe otro yo. Desde la oscuridad del subconsciente alarga sus pérfidas uñas para arañar la superficie. Pide a gritos poder salir.

Cuando Él está presente, no puedo resistirme a su autoridad. Me domina, me doblega, me esclaviza. Tengo miedo, no sé de qué es capaz en mi ausencia, pero más terror me produce el simple hecho de mirarme al espejo, y ver en su distorsionado reflejo mi rostro, arañado por sus largas uñas.

¿Quién sabe cuántas maldades he cometido mientras dormía inocentemente en el abismo del subconsciente? ¡Qué digo! ¡Yo no he cometido maldad alguna, es Él el culpable!

Quién sabe... Quién sabe si ahora escribo yo... o Él...

No hay comentarios:

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.