De cómo leemos lo que quieren

Hoy me he levantado con mi pie más crítico. No es el día en el que no critique a alguien o a algo -en el mejor de los casos- pero hoy es diferente, comencemos.

Dejando a un lado los eufemismos diremos que en nuestras sociedades del consumo consumimos lo que ellos quieren que consumamos. Bonita frase, tres veces el verbo consumir mas una incógnita no tan incógnita; ellos. A estas alturas de la película quién no sepa quiénes son ellos es que tiene un serio problema. La cosa es que nosotros creemos que somos libres, que escuchamos determinada música porque nos gusta y punto, leemos lo que más nos apetece o vestimos como realmente somos. Déjeme, querido lector, que le diga que si realmente piensa así usted es un verdadero patán. Ni escuchamos lo que queremos, ni leemos lo que nos gusta ni vestimos como somos, sino que escuchamos, leemos y vestimos lo que ellos quieren. ¿Ya sabe quiénes son ellos?

La noche anterior estuve escribiendo varias horas como de costumbre. Mis novelas siempre han sido de ciencia ficción, y eso si se puede catalogar a mis escritos de novela, pues nunca he pasado de las 60 páginas de word. Ahora que soy un poco más mayor, y me tomo más en serio esto de la literatura, no puedo evitar pensar sobre mi futuro. Si cierto es que no pienso de momento vivir de la escritura, y que pienso acabar mi carrera en la universidad, también lo es que me jode -hablando en plata- que lo que escribo no tenga casi ninguna oportunidad. Sinceramente, sin querer ser un bestseller, dudo que la ciencia ficción le guste a más de 2 personas de cada 10.

Tal vez la ciencia ficción no le gusta a la gente, o eso puede pensar el lector, pero lo cierto es que no le gusta ni le puede gustar porque las grandes editoriales nos bombardean publicitariamente con lo que ellos nos quieren vender. Ya sabe quiénes son ellos.

Hemos dicho que dejaremos a un lado lo políticamente correcto. ¿Qué le interesa a una editorial? ¿Difundir la cultura? ¿Difundir el pensamiento de un escritor? ¿Hacer conocer a la gente lo bueno que es un libro? Ni de coña, y si usted piensa que así es realmente es que es un patán. A ellos les interesa una única cosa; ganar dinero, y si las cifras van de millón en millón mucho mejor, porque en la camapaña publicitaria del siguiente bestseller tendrán que gastarse unas decenas de ellos y encima les tiene que sobrar para poder pagar su casa con jardín y piscina en Los Ángeles, o su ático en Nueva York.

¿Y qué nos venden? Que quede bien claro que en ningún momento he dicho que los bestsellers sean malos, estén mal escritos o no tengan gancho, lo que quiero hacer notar al lector es cómo nos venden lo que ellos quieren y nos hacen creer que nosotros en condiciones de total libertad publicitaria escogeríamos eso mismo. De esta forma cada mes salen al mercado libros y libros de novela histórica -estilo Código Da Vinci, que tienen la mitad del argumento histórico inventado- o novela fantástica -desde la película Del Señor de los Anillos tenemos que soportar más mierdas de elfos y orcos-. Sean sinceros, ¿a cuántos de vosotros os gustaban los elfos gays y los sucios orcos antes de conocer El Serñor de los Anillos? ¿A cuántos de vosotros os interesaba Jesús y Maria antes del Código? No seamos hipócritas, ¿una persona? ¿dos personas? En tal caso se pueden contar con los dedos de una mano.

Ahora que al menos saben que escuchamos, leemos y vestimos lo que ellos quieren, sean bienvenidos al mundo de la resignación y la cólera.

Foto tomada de http://www.drawingsofleonardo.org/